Fundamentación del nombre

ESCUELA INTEGRAL QUINQUELA MARTÍN: LOS MOTIVOS DE UN NOMBRE

 

Hay hombres que luchan un día y son buenos.

Hay otros que luchan un año y son mejores.

Hay quienes luchan muchos años y son muy buenos.

Pero los hay que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles.

 

Bertolt Brecht

 

Nuestra institución lleva su nombre en homenaje a Benito Quinquela Martín (Buenos Aires, 1890-1977), quien, habiendo sido niño expósito (abandonado por sus padres) y pintor autodidacta, llegó a convertirse en un artista argentino de vasta y reconocida trayectoria y en un ser humano con enorme conciencia social.

Desde que, en su juventud, leyó la frase “Pinta tu aldea y pintarás el mundo.”, Benito Quinquela Martín se abocó a plasmar “su aldea”. Y la inmortalizó para las generaciones venideras. Considerado “pintor de puertos”, Quinquela expresa, efectivamente, en sus obras, la actividad, vigor y rudeza de la vida portuaria en el barrio de La Boca, del cual  fue un vecino destacado. Practicó, especialmente, la pintura mural. Y fue uno de los primeros en pintar los frentes porteños de rojo, azul y amarillo.

De allí surgen los colores que identifican a la bandera y el escudo de nuestra escuela.

Pero don Benito no solo se destacó en su faz artística; fue también un hombre solidario, atento a las necesidades de sus vecinos, comprometido y generoso. Según se sabe, abría cuentas en los almacenes del barrio para los más desfavorecidos y los ayudaba para que pudieran realizarse tratamientos médicos, llegando a financiar, incluso, una operación de corazón. A eso se debe que el Hospital Argerich exhiba, en su hall central, un busto de Quinquela Martín.

Pudo vender parte de su obra en el país y en el extranjero, pero también donó parte de ella. Con el beneficio económico de las ventas, ayudó a levantar, en su barrio, el museo-escuela Pedro de Mendoza, la Escuela de Artes Gráficas, el Teatro de la Ribera y el Instituto de Odontología Infantil que lleva su nombre, entre otras instituciones.

Convencido de que “A todo hombre que sueña le falta un tornillo”, Quinquela Martín fundó “La Orden del Tornillo”, un premio que se otorgaba a artistas o personalidades destacadas de la Argentina y del mundo. Don Benito creía que existe en algunas personas una especie locura benéfica que ilumina el mundo y lo mejora. Sin duda, esa condición bienhechora alumbraba desde su propio temperamento.

Ante todo, Benito Quinquela Martín es un enigma para las teorías psicológicas que postulan al sufrimiento como causa del resentimiento: un hombre que desconoce su origen (huérfano e internado en un hospicio hasta los 8 años), que tiene una niñez dolorosa, una adolescencia miserable, una juventud tremenda de lucha, realiza durante toda su madurez, una excepcional obra artística, pero, fundamentalmente, vive una vida de rara perfección, sin sombras ni rencores. Fue una criatura que recibió una enorme porción de dolor, de escoria, de sufrimiento y que la transformó en bien, en sonrisas, en sueños y en belleza. Benito Quinquela Martín pertenece, sin duda, a la casta de los imprescindibles